INGREDIENTES

500 g de carne picada especial
1/2 taza de queso rallado
1 huevo
1 cucharada de cebolla rallada
1 cucharada de perejil
1 cucharada de orégano
5 cucharadas de pan rallado
Sal, pimienta y nuez moscada
Aceite para freír cantidad necesaria


Para la salsa:
3 cucharadas de aceite
1 cebolla
2 hojas de laurel
2 dientes de ajo
1 vaso de vino blanco
2 cajitas de puré de tomate
1 cucharada de orégano
Sal y pimienta

PREPARACIÓN

Para preparar las albóndigas, poné la carne picada en un bol, el queso rallado, el huevo, la cebolla cruda rallada (con la parte fina), el perejil picado (puede ser fresco o seco) y condimentá con sal, pimienta, orégano y nuez moscada a gusto. Mezclá bien hasta lograr una pasta, luego incorporá el pan rallado para que quede más dura, no se desarmen en la salsa y sea más fácil de moldear. Una vez lista la mezcla, formá las albóndigas tomando 1 cucharada de la pasta con la mano y presioná haciendo movimientos circulares. Acomodalas en una fuente y espolvorealas con más pan rallado para que no se peguen entre sí.

Calentá el aceite en un anafe vitrocerámico Longvie y freí las albóndigas hasta que estén apenas doradas. Retiralas y colocalas en una fuente con papel absorbente. Ahora prepará la salsa: Rehogá la cebolla bien picadita con el aceite en una cacerola o sartén profunda hasta que esté transparente. Sumá las albóndigas, agregá las hojas de laurel, el ajo picado y mantenelas calientes hasta que se cocinen. Incorporá el vino blanco, dejá que se evapore el alcohol unos 2 o 3 minutos y añadí las cajitas de puré de tomate. Condimentá con sal, pimienta y orégano. Si te gusta el picante, sumale un poquito de ají molido. Cociná al mínimo unos 30 a 35 minutos (andá revolviendo de tanto en tanto para que no se pegue la salsa y las albóndigas queden bien cocidas).

Servílas con arroz blanco o un rico puré de papa. Se que no hace falta decirlo pero un rico vino tinto acompaña muy bien este plato!